Importante sitio histórico de la Biblia está en peligro tras avances de proyectos sobre turismo de lujo

El gobierno egipcio impulsa un megaproyecto turístico en Jebel Musa (Monte de Moisés), sitio donde según la tradición bíblica Dios entregó los Diez Mandamientos a Moisés, y reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

El proyecto, denominado “La mayor revelación”, ha suscitado preocupación entre defensores del patrimonio espiritual y ambiental debido a la posibilidad de daños irreversibles al ecosistema local, al monasterio de Santa Catalina y a la comunidad beduina que habita la región.

La iniciativa, activa desde 2021 en la localidad de Santa Catalina, alcanza ya el 90% de avance según el gobierno egipcio. Presentada como “un regalo al mundo y a todas las religiones”, busca situar el sitio en el mapa global del turismo religioso y ecológico, integrando elementos arqueológicos, históricos y medioambientales.

Organizaciones y líderes religiosos han expresado inquietud ante los cambios que el proyecto puede provocar en el carácter arqueológico y espiritual de la zona. Grecia objetó la intervención por los vínculos históricos con el monasterio, mientras que el Patriarcado Ortodoxo Griego en Jerusalén instó a preservar la importancia sagrada del sitio.

La tensión entre El Cairo y Atenas aumentó tras el fallo judicial egipcio que declaró el monasterio como propiedad estatal. El canciller egipcio, Badr Abdel Aati, ha garantizado la protección del estatus religioso y arqueológico del monasterio, aunque líderes locales solicitan cautela y revisión completa del fallo a la luz de los rumores sobre confiscaciones de tierras.

El gobierno egipcio publicó un video donde asegura que “todas las piedras arqueológicas y especies vegetales están siendo preservadas según un plan integral conforme a los estándares de la UNESCO”. Sin embargo, medios internacionales como la BBC advierten que el entorno y el estilo de vida ancestral de la zona podrían cambiar dramáticamente, afectando la vida beduina.

Testimonios de habitantes del Sinaí señalan que el proyecto ha sido impuesto sin consenso real, obligando incluso a la exhumación de cuerpos en cementerios para construir estacionamientos. Esto evidencia la prioridad de intereses externos, como empresas extranjeras, sobre los derechos de las comunidades locales.

Diversos sectores alertan sobre riesgos de pérdida cultural, tierra estatal y desplazamiento de pobladores tradicionales. La sobreexplotación turística podría alterar la convivencia religiosa y la biodiversidad, afectando valores milenarios y un patrimonio espiritual único en el mundo.

El presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi reiteró a su homólogo griego Kyriakos Mitsotakis el compromiso de salvaguardar la identidad religiosa y el valor histórico del lugar, buscando fortalecer vínculos bilaterales y despejar dudas sobre el destino del monasterio.

El Monte Sinaí representa la revelación divina y la comunión con Dios, por lo que su preservación no sólo es un deber cultural, sino también una responsabilidad espiritual ante futuras generaciones.

El avance del turismo de lujo en espacios sagrados exige reflexión sobre la relación entre desarrollo económico y respeto por la fe, el legado histórico y la dignidad de las comunidades que custodian los hitos bíblicos más emblemáticos del planeta.

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