El fiscal general William Barr reiteró su preocupación por el panorama del periodismo en Estados Unidos, diciendo que la prensa ha perdido su integridad periodística y en su lugar propaga narrativas políticas.
“Son básicamente un conjunto de mentirosos. La mayoría de los medios de comunicación. Son un conjunto de mentirosos y saben exactamente lo que están haciendo”, dijo Barr en una entrevista con el diario conservador Townhall este viernes.
“Un ejemplo perfecto de eso fueron los disturbios. Justo en las calles, estaba claro cómo el día, lo que estaba aconteciendo, cualquiera que lo observara, los reporteros que lo observaban, no podían evitar ver que esto era violencia orquestada por un grupo duro de radicales que luchaban en las calles y ellos seguían excluyendo de su cobertura los videos sobre esto e informando lo contrario y lo hacían por razones partidistas, y le mentían al pueblo estadounidense. No fue hasta que fueron atrapados in fraganti tras semanas de esta mentira, que empezaron a sentirse menos tímidos”.
Muchos medios de comunicación han sido criticados por los funcionarios de la administración Trump y por los legisladores por su cobertura sobre la violencia y la destrucción que se observa en medio de las protestas contra la brutalidad policial. Los saqueos, los disparos láser y las pistolas de perdigones contra la policía, los asaltos y las concentraciones urbanas han sido descritos como “protestas mayoritariamente pacíficas” por parte de estos medios de comunicación.
Mientras tanto, los legisladores demócratas se han negado a condenar la violencia y la destrucción, y el presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, Jerrold Nadler (D-N.Y.), describió la participación del grupo extremista anarco-comunista Antifa en los disturbios como “un mito”.
“Es curioso que haya habido un número récord de policías heridos durante las protestas ‘pacíficas’. Ustedes saben que usualmente en las protestas, hay un gran número de alborotadores heridos y un modesto número de policías heridos. Hablo de que en los años 90s y 60s, 60s a 90s, hoy en día muy pocos alborotadores resultan heridos, muy pocos y cientos, incluso miles de policías han sido heridos”, dijo Barr.
Dijo que cree que muchos periodistas han “abandonado cualquier intento de objetividad profesional y son actores políticos” que utilizan sus reportajes para dar forma a una narrativa política sin importar cuál es la verdad.
“Es muy destructivo para nuestra república; es muy destructivo para el sistema democrático tener esto, especialmente siendo tan monolítico. Está contribuyendo a gran parte de la intensidad y el partidismo”, dijo el fiscal general.
Un número creciente de estadounidenses está perdiendo la confianza en que los medios de comunicación transmitan las noticias de manera objetiva. Una encuesta reciente sobre la confianza en los medios de comunicación realizada por Gallup y la Fundación Knight encontró que el 86 por ciento de las personas encuestadas entre el 8 de noviembre de 2019 y el 16 de febrero de 2020 creían que los medios de comunicación estaban sesgados, en comparación con el 62 por ciento de 2007.
El presidente Donald Trump y los republicanos han expresado repetidamente su preocupación por la objetividad de los medios de comunicación, acusándolos de suprimir ciertos puntos de vista, no cubrir ciertas historias y dividir al país.
También han denunciado a algunos medios de comunicación y se han enfrentado a consecuencias debido a reportajes inexactos. La cobertura de un incidente que involucró al adolescente de Kentucky, Nick Sandmann, mientras esperaba el autobús después de asistir a un evento pro-vida en Washington, fue objeto de un intenso escrutinio.
Los medios de comunicación y los usuarios de Twitter acusaron a Sandmann de acoso y de ser racista después de que un vídeo viral mostrara a Sandmann parado cerca y sonriendo a Nathan Phillips, un hombre nativo estadounidense, usando un sombrero de “Make America Great Again”. Una versión más larga del video mostraba una historia diferente.
Una investigación de la Diócesis Católica de Covington reveló que los estudiantes no hicieron ningún comentario ofensivo o racista sobre Phillips.
Sandmann recibió intensas críticas tras la cobertura sesgada. Sandmann finalmente demandó a varios medios de comunicación por difamación y llegó a un acuerdo con CNN y The Washington Post.
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