La desesperación impulsó a que unos 200 propietarios de restaurantes y bares se reúnan frente al City Hall en la mañana del 14 de septiembre, con un mensaje urgente para los funcionarios de la ciudad.
La manifestación—una protesta vehemente contra las medidas restrictivas de cierre de la ciudad—también fue un llamado para obtener fondos adicionales del Congreso antes de que la alguna vez próspera industria de restaurantes de la ciudad quede completamente destruida, argumentaron algunos propietarios.
Un tema en cuestión fue la última directiva del gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, quien anunció el 9 de septiembre que los restaurantes finalmente podrían abrir para que los clientes consuman en el interior antes del 30 de septiembre, pero con un límite de ocupación del 25 por ciento y otras limitaciones.
Los propietarios le dijeron a The Epoch Times que la decisión de permitir que los clientes coman dentro era muy reducida y venía demasiado tarde. Ellos señalaron que otras áreas fuera de la ciudad ya habían permitido comer en el interior y exterior en un 50 por ciento de capacidad, y mucho antes.
“Estamos aquí tratando de hacer que se escuchen nuestras voces (…) con la esperanza de que el alcalde, el gobernador nos escuchen y se den cuenta de que abrir a un 25 por ciento no es suficiente, necesitamos un mínimo de 50 y 100 lo antes posible”, dijo Ronan Conlon, propietario de Banc Cafe, a The Epoch Times. “Hemos estado callados durante demasiado tiempo”.
Conlon, quien es copropietario de otro restaurante, dijo que antes de la pandemia, tenía alrededor de 65 empleados en total. Ahora tiene menos de 30.
Su experiencia, que no es única en la ciudad, reflejó lo que describieron otros dueños en la protesta. Conlon también se quejó de que los restaurantes a menudo no recibían orientación de la ciudad, solo de que podrían abrir sus restaurantes al aire libre e incluso así cambiaban las reglas “cada dos días”.
“Hemos cumplido la línea, hemos hecho todo lo que nos pidieron”, agregó Conlon, refiriéndose a los funcionarios de Nueva York. “Ahora necesitamos que hagan lo que les pedimos que hagan y que representen a la gente”.
El dinero del Programa de Protección de Cheques de Pago (PPP), descrito como un “préstamo diseñado para proporcionar un incentivo directo para que las pequeñas empresas mantengan a sus trabajadores en la nómina”, salvó a muchos restaurantes, al menos temporalmente.
Pero los dueños dijeron que el dinero que recibieron del programa se ha agotado o está a punto de agotarse. No tienen otros medios de generar ingresos suficientes para mantenerse a flote.
Una encuesta reciente (pdf) realizada por NYC Hospitality Alliance descubrió que el 83 por ciento de los restaurantes de la ciudad no pudieron pagar el monto total de su alquiler en julio, mientras que el 37 por ciento no pudo pagar nada.
“Llegamos hoy por desesperación” , dijo a The Epoch Times Mark Fox, propietario de Fox Lifestyle Hospitality Group, el cual opera cuatro restaurantes.
“Las personas que vinieron aquí hoy son operadores de restaurantes independientes (…) estas personas no pueden pedir dinero prestado”, dijo. “Nadie nos prestará porque nuestros ingresos son muy pocos (…) nuestro futuro parece sombrío”.
Fox, quien reconoció que ellos tienen la obligación moral como dueños de negocios y ciudadanos de protegerse unos a otros del virus del PCCh (Partido Comunista Chino), argumentó que los funcionarios electos también tienen la obligación moral de garantizar que los dueños de restaurantes puedan sobrevivir.
Como otras personas en la protesta, Fox presionó para que se aprobara la Ley de Restaurantes de 2020.
“Mientras ellos presionan para obtener ayuda financiera para ellos mismos en nuestros propios presupuestos en D.C., no han mencionado el nuestro. Nos dicen que vayamos al demonio”, dijo, refiriéndose a los funcionarios estatales.
“Si no se aprueba la ley de restaurantes en el Congreso en las próximas seis semanas, esta industria de restaurantes en la ciudad de Nueva York será diezmada”, agregó Fox. “Va a llevar años recuperarse”.
El proyecto de ley proporcionaría fondos temporalmente para el Fondo de Revitalización de Restaurantes, “del cual el Departamento del Tesoro otorgará subvenciones a proveedores de alimentos y bebidas elegibles para cubrir costos específicos”, según el documento.
El Tesoro, según el proyecto de ley, debe priorizar “otorgar subvenciones a comunidades marginadas y subrepresentadas, y solo otorgar subvenciones a proveedores de alimentos y bebidas elegibles con ingresos anuales de menos de USD 1.5 millones”.
“No sé cómo se puede operar un negocio con el 25 por ciento de los ingresos, o el 25 por ciento de los clientes sin aumentar los precios en un 400 por ciento”, dijo Brock Pierce, un actor infantil y emprendedor que ahora se presenta como candidato independiente para la presidencia de 2020, dijo a The Epoch Times. “Los números no cuadran”.
Pierce participó en la protesta y dijo que él apoya la lucha de los propietarios.
En marzo, se les ordenó a los restaurantes y bares por primera vez cerrar sus puertas. Un propietario le dijo a The Epoch Times que él no abrió su restaurante para nada, desde entonces.
Megan Rickerson, propietaria de Someday Bar en Brooklyn, dijo que para ella, el problema se trata más sobre obtener un alivio del alquiler, y agregó que no cree que nadie esté listo para “abrir completamente”.
“Sé que mi arrendador no tiene una pausa de la hipoteca y está tratando de ayudarnos”, dijo a The Epoch Times. “Pero si no tiene una pausa, ¿cómo se supone que le dará una pausa a alguien más?”
Rickerson dijo que inicialmente tuvo que despedir a todos y se encargó sola de todo el bar. Más tarde, recibió dinero del PPP, pero eso solo ayudó temporalmente. Su bar ha tenido que cambiar por completo su menú para funcionar con márgenes más pequeños.
“Todo está tan apretado”, dijo. “Simplemente estamos haciendo lo que podemos para tener comida, mantenernos abiertos y tratar de sobrevivir”.
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