UN MENSAJE A LAS FEMINISTAS

Estimada mujer que hoy abanderas causas feministas y te manifiestas contra lo que consideras el «patriarcado»: ¿Acaso no tuviste padre?

Por: Juan Paulo Martínez.

¿No se levantó tu padre a diario a trabajar para darte de comer? ¿No fue tu padre el freno de muchos males en tu contra en la calle donde vivías, protegiendo a tu familia? ¿No hizo tu padre lo mejor que pudo para que tú pudieras estar bien? ¿No hizo en su ignorancia y limitaciones todo lo posible por educarte? ¿Se merece tu padre el que hoy descalifiques a la mitad de la población mundial por presunta violencia y misoginia? ¿No tienes ni tantito respeto por ese árbol que plantó para que tú tuvieras una sombra bajo la cual jugar cuando eras una niña? ¿Crees que tu padre no lloró alguna vez en silencio preocupado por tu bienestar pensando cómo salir del atolladero que enfrentaba? ¿Por qué hoy dices que el hombre es un violador? ¿No ves los zurcos en su frente de dolor y sacrificio?

Pero tal vez no tuviste un padre. O tuviste uno muy malo y abusador. De todos modos, ¿no tuviste un hermano varón que se alegrara jugando contigo? ¿No te acompañó al parque o soportó tus gritos al retozar? ¿No fue tu hermano un solaz cuando te sentías muy sola? ¿Acaso tu hermano no estuvo dispuesto a morir si tú corrías peligro de ser atacada? ¿No fue tu hermano el que te acompañó en las fotos alegres de cumpleaños? ¿No te sentías protegida cuando tu hermano estaba a la vista en la calle? ¿Por qué entonces dices que los hombres son unos machistas y que su sistema ha arruinado tus oportunidades de crecer y tener éxito? ¿Por qué gritas que esos varones «te están matando»? ¿Por qué insistes en que esos varones deben ser deconstruidos?

Aunque también puede ser que no tuvieras hermanos varones, o que estos hubieran sido muy malos y abusadores. Aún así, ¿no tuviste un amigo varón que te cuidó cuando más lo necesitabas? ¿No hubo un amigo que escuchó tus lamentos y enjugó tus lágrimas? ¿No fue ese amigo el que sacrificó sus proyectos del día para ir contigo y llevarte a tu destino? ¿No fue ese el amigo con el que reíste hasta el cansancio? ¿Por qué dices entonces que los varones quieren matarte y dominarte? ¿No piensas en que estás hablando también de ese amigo que actuaría de nuevo, de ser necesario, con la misma diligencia en tu favor? ¿Por qué odias tanto? ¿Quién te vendió ese rencor? ¿Quién crees que formó a ese amigo? ¿El feminismo? Claro que no. Tu amigo se formó en los mejores valores de la sociedad existente.

Estimada mujer: ¿No te sirvió en la tienda un varón con todo respeto? ¿Los varones que construyeron la habitación donde vives son los que ahora quieren que ganes un salario de miseria y no estudies ni te prepares? ¿»Se va a caer» el varón que te cedió el paso en la avenida? ¿El varón que te llevó segura a tu trabajo o escuela en el transporte público es un gestor del patriarcado opresor? ¿Por qué odias a los varones que echaron el asfalto y las banquetas donde transitas? ¿Por qué odias a los varones soldados que detuvieron la inundación en la época de lluvias? ¿Qué te hizo el varón profesor que estudió posgrados para tratar de que tú recibieras∂ la mejor educación que él te podía dar? ¿No sientes un poco de pena al hablar de todos los varones como un conjunto de seres depravados que te violarán en cuanto puedan?

Tal vez en este punto digas: «No. No todos los varones son iguales. Pero la lucha feminista me representa». Deja decirte que estás equivocada. Tú no le debes nada al feminismo, porque el feminismo no ha hecho nada por ti. Solo te está envenenando contra los varones, esos que cuando llegue la crisis estarán de nuevo allí para servirte. Como lo hizo tu padre o tu hermano, o tu amigo o varón en la calle el día de ayer, el día de hoy, y el día de mañana.

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