«Estan sintiendo la presencia de Dios», Más de 50 reclusos se bautizan dentro de la cárcel gracias a la unión de las iglesias

En Tennessee, Estados Unidos, las congregaciones de Long Hollow Church y First Baptist Hendersonville, ubicadas en la misma ciudad de Hendersonville, están trabajando juntas para llevar sus ministerios religiosos a la cárcel del condado de Sumner, con el objetivo de compartir la fe con personas encarceladas, tanto hombres como mujeres.

Danny Spano, quien colabora con hombres convictos en Long Hollow como pastor, declaró que la transmisión en línea del servicio de Pascua de su iglesia impactó de manera significativa a los reclusos, quienes sintieron el toque de Dios en sus vidas.

“Las lágrimas rodaron por algunos de sus rostros”, dijo Spano a Baptist Press, testificando que muchos de ellos aceptaron a Jesús en ese momento.


En la sala femenina del centro penitenciario, Aletha Tigges, miembro de First Baptist, también llevó a cabo una labor evangelizadora mediante un programa de ayuda y asesoramiento, que condujo a numerosos reclusos a aceptar a Cristo.

El pasado 5 de mayo, ambas iglesias llevaron a cabo un bautismo en conjunto, en el cual un total de 14 varones y 44 mujeres fueron sumergidos en el agua, demostrando con evidencia su creencia en el señor Jesús.

“Fue algo hermoso, uno de los aspectos más destacados de mi vida”, dijo Danny Spano, quien fue alcohólico y ha trabajado en el ministerio de recuperación en prisiones por más de 17 años.

Tigges al igual que otros también tiene un testimonio de como Dios la liberó de las drogas y el alcohol, “Es lo más gratificante que he hecho en mi vida. Yo soy la que se siente bendecida”, dijo sobre los bautismos.

“Los bautismos no son el resultado de que yo estudie la Biblia, es el resultado de Dios. Es Dios estando allí y ellos sintiendo la presencia de Dios y ellos escuchando la voz de Dios», aseguró.

El pastor Bruce Raley, quien ocupa el cargo de pastor asociado en la Iglesia First Baptist Hendersonville, compartió detalles sobre la colaboración entre ambas iglesias en la labor realizada en el centro de reclusión.

“Tenemos muy buenas relaciones entre nosotros. Oramos unos por otros. Celebramos entre nosotros. Los líderes son amigos entre sí. No hay competencia en absoluto”, dijo él.

«Ambos queremos ver a la gente llegar a la fe en Jesucristo y ver a nuestra comunidad trastornada por Jesús”, finalizó.

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