Empleado cristiano obligado a renunciar por guardar los mandamientos, gana juicio

Un caso sobre discriminación religiosa acaba de tener una resolución provista de parte de Dios al concederle la victoria a través del órgano judicial más importante de EE.UU a un trabajador cristiano que fue obligado a renunciar por no querer trabajar los domingos.

El jueves pasado, la Corte Suprema ratificó las medidas de protección para los empleados que solicitan acomodos religiosos, tomando como base el caso antes mencionado sobre un hombre cristiano que trabajaba como cartero y quería tener sus domingos libres para poder asistir a su culto dominical.

En una decisión unánime, los jueces enfatizaron que los empleados que pidan ajustes laborales, como descansar los sábados, deben recibirlos a menos que sus empleadores demuestren que concederlos implicaría un incremento significativo de los gastos para la compañía.

El caso Groff vs. DeJoy involucra la interpretación de una situación de «dificultad excesiva» para un empleador. Un precedente legal importante en este tema es el caso Hardison de 1977, en el cual la Corte Suprema determinó que los empleadores no están obligados a hacer ajustes por motivos religiosos si esto implica una carga mínima para el negocio.

Sin embargo, el tribunal superior enfatizó que las empresas deben presentar argumentos adicionales más allá de costos mínimos para rechazar solicitudes de acomodaciones religiosas en el lugar de trabajo. A diferencia de la mayoría de los casos que se presentan ante el tribunal, ambas partes reconocieron la necesidad de que las empresas presenten más evidencia.

En su opinión mayoritaria para el tribunal, el juez Samuel Alito indicó que aunque algunos tribunales inferiores han interpretado de la forma propuesta por la administración de Biden en el caso Hardison, otros tribunales han erróneamente aferrado al estándar de gobierno «de minimis».

«En este caso, ambas partes están de acuerdo en que la prueba ‘de minimis’ no es correcta… Creemos que es suficiente decir que un empleador debe demostrar que la carga de otorgar un ajuste resultaría en un aumento sustancial de los costos en relación con el conducción de su negocio en particular», escribió Alito.

El caso se remonta al mes de abril de este año cuando un cartero cristiano se vio obligado a renunciar porque la empresa para la que trabajaba lo iba a forzar a trabajar los domingos sin tomar en cuenta su fe cristiana con respecto al culto dominical y guardar el 4to mandamiento sobre guardar los sábados como día de descanso.

Gerald Groff optó por trabajar en el servicio postal debido a la falta de entrega de correo los domingos. Sin embargo, cuando el Servicio Postal comenzó a realizar entregas los domingos, trató de adaptar su empleo a sus creencias religiosas pero no tuvo éxito; él trabajó como  cartero en una zona rural del condado de Lancaster, Pensilvania, desde 2012 hasta su renuncia en 2019, ya que no tuvo otra opción después de que el Servicio Postal rechazara su petición religiosa para evitar trabajar los sábados.

Inicialmente, el Servicio Postal encontró formas de evitar trabajar los domingos cuando comenzó a entregar paquetes para Amazon. Sin embargo, eso cambió y Groff enfrentó una acción disciplinaria que resultó en su salida del USPS.

Posteriormente, Groff demandó al servicio postal por no adaptarse a su práctica religiosa y fue representado por abogados del First Liberty Institute. La administración de Biden argumentó que sus ausencias generaron dificultades para el servicio postal.

«Sus ausencias crearon cargas directas y concretas para otros transportistas que tenían que permanecer más tiempo en sus turnos para entregar el correo. Eso causó problemas con la entrega oportuna del correo y en realidad produjo problemas de retención de empleados con la renuncia de un transportista, la renuncia de otro transportista, y otro que presenta una queja sindical», dijo a los jueces la procuradora general de los Estados Unidos, Elizabeth Prelogar.

El desenlace de los casos anteriores ha sido desfavorable en los tribunales inferiores. Sin embargo, gracias al veredicto de la Corte Suprema, su caso será revisado nuevamente.

«Esta es una victoria histórica, no solo para Gerald sino para todos los estadounidenses. Ningún estadounidense debería verse obligado a elegir entre su fe y su trabajo. La decisión de la Corte de hoy restaura la libertad religiosa de todos los estadounidenses en el lugar de trabajo. Esta decisión ayudará positivamente a millones y millones de estadounidenses: aquellos que trabajan ahora y sus hijos y nietos», dijo en un comunicado de prensa la presidenta, directora ejecutiva y asesora principal de First Liberty, Kelly Shackelford.

En un comunicado posterior al fallo, Groff expresó su gratitud porque el tribunal había considerado su caso expresando que “deseaba que esta decisión brindara la oportunidad a otros de mantener sus creencias sin el temor constante de perder su empleo”.

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