Un miembro activo de la pandilla callejera, MS-13, fue arrestado la madrugada del lunes cuando cruzaba ilegalmente hacia Estados Unidos con un grupo de inmigrantes ilegales en Arizona, dijo la Patrulla Fronteriza y de Aduanas de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
Harry Williams Payes-Mejia de 46 años, fue arrestado por agentes de la Patrulla Fronteriza del Sector Yuma junto con otros dos al este del Puerto de Entrada de San Luis en Arizona.
Los agentes determinaron que Payes-Mejía es parte de la peligrosa pandilla callejera con expulsiones previas de Estados Unidos. Las verificaciones de registros encontraron que Payes-Mejía tiene varias condenas por crímenes graves, había cumplido una condena en prisión y tiene una orden judicial pendiente por una violación de la libertad condicional.
El hombre de 46 años se enfrentará un proceso judicial por reingresar y será entregado al Servicio de Marshals de EE. UU. para su orden judicial.
El anuncio del CBP se produce entorno a una preocupación generalizada de que los criminales, los narcotraficantes y los inmigrantes ilegales con condenas penales se están aprovechando de la creciente crisis en la frontera sur de Estados Unidos para poder ingresar ilegalmente a Estados Unidos sin ser notados.
Durante el mes de marzo, los agentes de CBP encontraron a más de 172,000 inmigrantes ilegales, según las estadísticas publicadas el 8 de abril. Esto representa un aumento de poco más de 101,000 personas respecto a las encontradas en febrero.
Entre aquellos que cruzaron ilegalmente a Estados Unidos el mes pasado había más de 18,800 menores no acompañados, que es el doble de la cantidad de menores que llegaron ilegalmente a Estados Unidos en febrero con más de 9300 encuentros. Esto se compara con los 5585 menores no acompañados en enero y 4993 menores no acompañados en diciembre de 2020.
El arresto de Payes-Mejía ocurre después de un arresto similar a inicios de este mes en el que se descubriera a un miembro de la pandilla MS-13 de El Salvador cruzando hacia Estados Unidos en California.
Esto sucede también semanas después de que la Patrulla Fronteriza anunciara que había arrestado a dos hombres yemeníes que se encuentran en la Lista de vigilancia del terrorismo del FBI y en la lista de Prohibición de Vuelo.
Un grupo de senadores republicanos envió una circular el lunes al presidente Joe Biden para lamentar el manejo de la crisis y pidió a la Casa Blanca que tome más medidas inmediatamente para abordar el problema. Los legisladores republicanos han argumentado durante mucho tiempo que la crisis es el resultado de la decisión por parte de Biden de revocar varias políticas de inmigración de la era Trump que ayudaron a frenar el flujo de cruces fronterizos ilegales. Esto incluye la piedra angular de su predecesor, el Protocolo de Protección al Migrante, la cual puso fin de manera efectiva a la problemática política de “capturar y liberar”, frenando significativamente el aumento de inmigrantes ilegales que se observaron en la frontera sur en 2019.
En su circular, los republicanos expresaron su preocupación por el aumento significativo del contrabando y contrabando de drogas que cruzan la frontera debido a la falta de recursos para prevenir las operaciones de contrabando de los cárteles de la droga y otros criminales.
Citando estadísticas de la CBP, los senadores dijeron que la Oficina de Campo de Laredo informó que las incautaciones de fentanilo aumentaron en un 2067 %, las incautaciones de cocaína aumentaron en un 187 %, las incautaciones de armas aumentaron en un 131 % y las incautaciones de divisas aumentaron en un 64 %.
“Esto confirma las versiones de que los cárteles de la droga y otras operaciones de contrabando se están aprovechando del desorden en la frontera para contrabandear más drogas y armas”, escribieron.
La pandilla MS-13, conocida también como Mara Salvatrucha, fue formada inicialmente por inmigrantes salvadoreños que huían de la guerra civil en su país de origen. Es vista ampliamente como uno de los grupos criminales más violentos de Estados Unidos, lo cual pone en peligro también la seguridad de las comunidades en los países centroamericanos de Guatemala, Honduras y El Salvador.
El lema de la pandilla es “matar, violar, controlar” y habitualmente utiliza métodos brutales de ataque a las víctimas para infundir miedo y forzar el cumplimiento.
Con información de The Epoch Times
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