Pastor John Piper le hace un llamado a los jóvenes para caminar en santidad: “No coquetees con el pecado”

El pastor y teólogo John Piper emitió una advertencia directa a los jóvenes cristianos sobre el consumo de alcohol y la búsqueda de una vida llena del Espíritu Santo.

En un episodio reciente de su podcast, Piper respondió a la inquietud de un joven que preguntó si “emborracharse un poco de vez en cuando, por diversión o para aliviar el dolor”, era pecado, argumentando que nunca había perdido el control ni cometido excesos graves.

Piper fue enfático: el cristianismo nunca ha considerado los estados inducidos por drogas o alcohol como una forma genuina de acercarse a Dios. Citando Santiago 4:8 (“Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes”), Piper desafió al joven y a la audiencia a cambiar la pregunta: en vez de cuestionar si es pecado, deberían preguntarse si “emborracharse un poco” realmente los acerca a Dios.

El pastor subrayó que las Escrituras, especialmente en Efesios 5, llaman a la claridad mental y al estado de alerta, cualidades opuestas a la embriaguez. Piper citó el versículo 18: “No se embriaguen con vino, que lleva al desenfreno; más bien, sean llenos del Espíritu”, explicando que el Espíritu Santo potencia la vigilancia, la sabiduría y la sensibilidad espiritual, en contraste con el entumecimiento que produce el alcohol.

Para Piper, buscar a Dios mientras se está bajo el efecto de sustancias químicas, aunque sea de forma leve, es un error teológico y espiritual. “Estar lleno del Espíritu es estar lleno del placer de la proximidad de Cristo, lo opuesto a la embriaguez, porque la embriaguez entorpece las mismas habilidades que Dios nos dio para disfrutar de Cristo”, afirmó.

Además de las consecuencias espirituales, Piper mencionó los impactos sociales del abuso de alcohol: accidentes de tráfico, pérdidas laborales y familias destruidas, aunque aclaró que su enfoque principal era la desconexión espiritual y teológica entre beber y acercarse a Dios.

El pastor instó a los jóvenes a no calcular su comportamiento preguntándose “¿cuán cerca puedo llegar del pecado?”, sino a buscar “¿cuán lleno puedo estar del Espíritu Santo?”“No flirtees con el pecado, busca la plenitud del Espíritu”, aconsejó.

Piper concluyó citando Gálatas 5:19-21, recordando que las “obras de la carne” impiden a las personas acceder al Reino de Dios. “No preguntamos: ‘¿puedo tener un poco de envidia? ¿un poco de ira? ¿un poco de celos?’ Si tu objetivo es realmente acercarte a Dios, no haces esas preguntas”, enfatizó.

El mensaje de Piper es claro: la vida cristiana auténtica no busca los límites del pecado, sino la plenitud de la presencia de Dios. La verdadera satisfacción y el gozo duradero se encuentran en una vida llena del Espíritu Santo, no en los placeres temporales del alcohol o cualquier otra sustancia.

Este llamado es relevante en una cultura que trivializa el consumo de alcohol y otras formas de “flirtear con el pecado”. La fe cristiana invita a los creyentes a una vida de santidad, sobriedad y búsqueda apasionada de Dios, confiando en que solo en Él se halla el propósito y la plenitud verdaderos.

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