Una de las clínicas más grandes de Texas se apresuró a completar 67 abortos en solo 17 horas antes de la implementación del proyecto de ley de latidos del corazón del estado, que efectivamente prohíbe el aborto.
La ley pro-vida entró en vigor el miércoles a las 12 am. Y, según un informe del sitio de noticias izquierdista The 19th, la clínica Whole Woman’s Health en Fort Worth estaba repleta de pacientes hasta bien entrada la noche del martes.
Marva Sadler, directora de servicios clínicos, «miró a los pacientes que esperaban en el vestíbulo, a la lista de pacientes que esperaban regresar, a más pacientes que esperaban afuera en automóviles rodeados de manifestantes, y se dio cuenta de que tal vez no llegaran a todos» informó el medio.
Al describir la nueva ley como un asalto absoluto a los derechos de las mujeres, The 19th describió a Sadler como determinando que la clínica necesitaba realizar «ocho abortos por hora con un solo médico de guardia, un octogenario que había estado trabajando desde las 7 am».
Desde el sitio web:
Afuera, los cánticos entraban a través de un megáfono, los manifestantes gritaban versos de oración y argumentaban que la clínica estaba demasiado llena. Ya se había llamado a la policía. El jefe de bomberos vendría dos veces por problemas de capacidad dentro de la clínica. Los empleados podían ver a los manifestantes a través de sus cámaras de seguridad y a través de las ventanas del pequeño edificio de ladrillos.
Nos están mirando, pensó Sadler, y están ganando.
En el interior, miró a su equipo: ocho personas en total entre los técnicos y el personal de recepción, el médico y tres miembros del personal de una clínica cercana que trajeron para ayudar. Les pidió que tomaran un respiro.
“No somos los malos aquí”, les dijo. “Estamos haciendo todo bien y vamos a ayudar a todos los que podamos. Si hay alguien a quien no podemos ayudar, no es culpa nuestra «.
La autora del artículo, Chabeli Carrazana, se centró en una mujer, una usuaria de drogas que comenzaría a cumplir una condena de cinco años de prisión en una semana. La mujer, que tenía 12 semanas de embarazo, ya tenía tres hijos en casa y no quería dar a luz a su cuarto hijo mientras estaba tras las rejas.
Carrazana informó que la mujer “cayó de rodillas en el frío piso de baldosas frente a Sadler, rogándole que la llevara para realizar el aborto”.
Sin embargo, de acuerdo con la ley ya existente, la mujer no pudo recibir un aborto debido al período de espera de 24 horas requerido por el estado, lo que la obligó a esperar hasta que se implementara la ley para interrumpir su embarazo, que, en ese momento, sería ilegal.
La legislación recientemente promulgada prohíbe el aborto después de seis semanas, antes de que muchas mujeres se den cuenta de que están embarazadas.
Minutos antes de la medianoche, la clínica terminó su último aborto: 67 interrupciones en solo 17 horas a una tasa de aproximadamente cuatro abortos por hora.
Sin embargo, eso no fue suficiente para Sadler, quien, según el medio de izquierda, luego pensó con tristeza en la mujer embarazada que pronto se reportaría a la cárcel y deseaba desesperadamente un aborto.
“Mientras Sadler se alejaba de la clínica”, escribió Carrazana, “la adrenalina del día se la llevó olas de tristeza y dolor. El conocimiento de que, sin importar lo que hiciera, no podía ayudar a todos «.
También admiten disfrutar de su acción, describiendo los momentos del día terminando como si estuvieran muy orgullosos de sus logros, tomando un respiro para “saborear” el momento.
Justo antes de que la SB 8 entrara en vigor, a las 11:56 pm, el médico abandonó su último procedimiento. Los trabajadores de la clínica llegaron a todas las personas a las que legalmente se les permitía tratar. En 17 horas, habían realizado 67 procedimientos de aborto. Habían visto a 60 personas que habían tomado medicamentos para abortar en casa para confirmar que sí, el proceso estaba completo y no se quedarían en el limbo.
Por un momento pudieron saborearlo. Sadler miró al médico y le dijo que los médicos de la mitad de su edad no habrían podido hacer lo que él hizo. Incluso si solo hubiera realizado un aborto, habría sido una victoria, dijo.
En los últimos días, los izquierdistas de los medios de comunicación han comparado a los cristianos pro-vida en Estados Unidos con los talibanes en Afganistán.
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