Disidencia Responsable

Por: Andrés Ramírez Prado/ DIRCOM

Bien apunta la carta Iberoaméricana, en decir que, la participación ciudadana en la gestión pública implica un proceso de construcción social de las políticas públicas y que además obedece a un derecho, una responsabilidad y un complemento de los mecanismos de participación en las políticas de estado.

Si bien el concepto ha sido definido de forma clara, la participación ciudadana en la gestión pública aún no es una práctica extendida y consolidada en nuestro país.

Aunado a lo anterior, es menester, entender que este deber y derecho debe estimular la participación de los ciudadanos en todas las etapas del ciclo de gestión de políticas públicas (Diseño y Formulación, Planificación, Ejecución, Seguimiento y Evaluación)

El problema es cuando algunos pseudo disidentes confunden el derecho y el deber con la violencia, la desinformación y la anarquía. Escenario propicio para la puesta en marcha de la desintegración social y el debilitamiento más bien, de la verdadera disidencia.

Algunos pretendiendo ser escuchados con grito y golpe, se les olvida la iniciativa popular que de manera propositiva, nos lleve a cambios y mejores en este engranaje llamado “País”.

Los números incluso antes de la pandemia denotan a una Costa Rica en crisis, que no debe dar cabida a temas triviales, temas que precisamente nos tienen en este punto de desasosiego.

La tricotomía debería girar hacia un norte que nos lleve a brindar soluciones a una desigualdad galopante, que nos indica que hoy día más del 21% de los costarricenses viven en pobreza, otro 17% en el desempleo y un país que ocupa planas de rotativos internacionales los cuales nos colocan como uno de los principales exportadores de cocaina a nivel mundial.

En ese sentido, cabe señalar que, la fabricación de consentimiento, es la presentación a la opinión pública, de la principal narrativa de los medios de comunicación, sus mentiras y falsedades. El analista político y profesor universitario, Michel Chossudovsky , afirmaba que, «bajo la ilusión de capitalismo contemporáneo, la ilusión de democracia debe prevalecer. Es en el interés de las élites corporativas de aceptar la disidencia y la protesta como una característica del sistema en la medida en que no pongan en peligro el orden social establecido». No andaba perdido el profesor, a la tesis antes descrita yo la bautice como » psicología de polos opuestos». Aquella estrategia, política-comercial, en donde de manera sistema y escalonada, nos hacen creer en; dos tesis que para coexistir entre sí una debe fortalecer a una de las dos. Hoy es cada vez más difícil identicar una de la otra, pues el «rush» del día a día y las redes sociales nos tienen sumidos en algo así como una «matrix» con matices de sub-realismo y posverdad.

(…)Basta ya de de banalidades y estupideces, hay goteras que tapar y aún no aprendemos lecciones.

¡Que el eterno salve a Costa Rica!

Publicado originalmente el 11 noviembre, 2021

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