El ‘Partygate’ llega a Scotland Yard, que también investigará al Gobierno de Boris Johnson por sus fiestas en plena pandemia

La Policía indagará sobre los cuestionados actos celebrados en Downing Street y en las oficinas gubernamentales de Whitehall

La Policía investigará si el Gobierno británico infringió las reglas por la covid-19 al organizar eventos sociales en plena pandemia, mientras surgen nuevas pruebas que dificultan aún más el futuro político del primer ministro, Boris Johnson.

La comisaria jefa de la Policía Metropolitana de Londres (Met), Cressida Dick, reveló que ese Cuerpo indagará sobre los cuestionados actos celebrados en la sede del Ejecutivo en Downing Street y en Whitehall -oficinas gubernamentales- en momentos en que se exigía a la ciudadanía acatar severas restricciones.

«Puedo confirmar que la Met investigará ahora varios eventos que ocurrieron en Downing Street en los últimos dos años en relación con una potencial violación de las regulaciones por la covid-19», dijo la comisaria en una comparecencia ante un comité municipal de Londres.

El anuncio llega en un momento muy delicado para Johnson, con su credibilidad como líder bajo mínimos y cada vez más acorralado desde varios sectores frente a las continuas evidencias que lo señalan como culpable de haberse saltado sus propias normas.

La Policía promete imparcialidad

En su intervención, Dick aclaró este martes que no se harán valoraciones durante el transcurso de la investigación, sino que informarán cuando haya «puntos significativos», al tiempo que aseguró que trabajarán «sin miedos ni tratos de favor», de modo «imparcial e independiente».

«La mayoría de los ciudadanos han actuado de manera responsable durante la pandemia; muchas, muchas personas, incluyendo muchos londinenses, y mis colegas, hemos realizado enormes sacrificios y muchos han sufrido pérdidas considerables en la pandemia», recordó.

Su anuncio llega un día después de que el canal ITV filtrara otro más de esos eventos acaecidos en Downing Street, una fiesta «sorpresa» por el cumpleaños de Johnson, el 19 de junio de 2020, a la que acudieron unas 30 personas, y en la que hubo tarta, cortesía de la esposa del «premier», Carrie.

Actualmente ya hay una pesquisa interna en curso sobre esas reuniones sociales, a cargo de la alta funcionaria Sue Gray, quien proseguirá con ella pese al anuncio de la Met.

Un portavoz oficial del Gobierno reveló hoy durante un encuentro con medios que parte de esa investigación que acomete Gray no se difundirá «hasta que se complete la pesquisa policial», aunque los hallazgos relativos a otra sección -de la que no se va a ocupar la Policía- podrían revelarse públicamente «pronto».

La fuente insistió en que el «premier» no considera que se haya quebrado ninguna normativa y sostuvo que el gobierno colaborará «totalmente» con los agentes.

En una breve alusión dentro de una declaración a los Comunes sobre la situación en Ucrania, Johnson dio la bienvenida a la decisión de la Met por considerar que «ayudará a dar a los ciudadanos la claridad que necesitan y permitirá trazar una línea en este asunto».

Indignación entre los partidos opositores

Ante los nuevos acontecimientos, Angela Rayner, número dos del Partido Laborista -principal grupo opositor-, sugirió hoy en la Cámara de los Comunes que el hecho de que Gray haya referido el caso a la Policía hace pensar que «se han detectado actividades delictivas en Downing Street».

Por su parte, Michael Ellis, secretario de Estado en el Ministerio del Gabinete, trató de quitar hierro al ya conocido como «Partygate» en el Parlamento al pedir «sentido de la proporción» en las críticas a Johnson «por haberse comido un trozo de tarta en su oficina» en un momento «en que Europa está al borde de la guerra y hay una crisis por el coste de la vida».

También el dirigente de los liberaldemócratas Ed Davey opinó que Johnson «tiene que marcharse» y lamentó que se «comporte como un capo de la mafia en lugar de actuar como un primer ministro».

En los últimos días no han cesado de surgir indicios que apuntan a que las oficinas gubernamentales fueron centro de festejos en épocas en que estaban limitadas al máximo las interacciones sociales.

Entre otros, los medios publicaron recientemente pormenores de un acto convocado la víspera del funeral del duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II, por el que Johnson tuvo que pedir disculpas a la jefa del Estado.

También hirió sobremanera a la sociedad la convocatoria del secretario del «premier», Martin Reynolds, a un encuentro de unas 40 personas con picoteo y bebida en los jardines de la sede del Ejecutivo.

Entonces, de nuevo, Johnson tuvo que pedir perdón a la Cámara de los Comunes (Baja), donde aseguró que creyó que acudía a una «reunión de trabajo».

Con información de EFE

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